Presentación de la Antología de Escritores en Red en Urueña

Quiero compartir con vosotros un acto entrañable y cálido, lleno de sorpresas y emociones. La Asociación Escritores en Red, Marqués de Bradomín en el marco incomparable de la Villa del Libro en Urueña, Valladolid.



En el salón de actos del Centro e-Lea Miguel Delibes se procedió a la presentación de la antología 2014 con la presencia de Santiago Solano, Antonio Olivares-Castillo y Emilio Porta en la mesa junto con el Director del centro y en el público socios y amigos de la Asociación.


Después de las palabras de los ponentes, se leyó por parte de los autores presentes algunos de los textos de la antología.



Antes de la presentación, hice entrega de un ejemplar dedicado de "El libro de las historias fingidas" al director del centro. Zade y Pedro ya forman parte del fondo bibliográfico de la Villa del Libro. Todo un honor.


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El lago de los cisnes


La muchacha llegó a casa exultante.

—Mamuchka, me han elegido como Primera Bailarina. Seré la protagonista de El lago de los Cisnes.

—Qué bien, hija, pero, ¿qué ha sido de la Svenskaya?

Hubo un destello de duda antes de contestar con indiferencia:

—Un pequeño accidente, mamuchka. En los escalones de la academia… El Bolshoi… —añadió girando sobre sí misma—. Seré el Cisne Negro, voy a triunfar.

Ni las luces, ni las bambalinas, ni el público entregado, pudieron evitar que el Cisne Negro, envuelto en el plumaje de su propia mezquindad, se transformara en un Patito Feo.


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Presentaciones de "El libro de las historias fingidas"

Comparto con vosotros, queridos lectores, los vídeos de las presentaciones de "El libro de las historias fingidas" en Madrid y Bilbao. Podéis encontrar también fotografías del evento.
Gracias por estar ahí y, los que no pudisteis estar presentes, por todo vuestro apoyo.


Un abrazo enorme.
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El mago que no sabía hablar



Había aprendido de los mejores, su magia no tenía parangón. Sus maestros estaban impresionados. «Este muchacho tiene un potencial increíble» comentaba el Archimago Principal de la Orden de los Magos Parlanchines «pero si no aprende a hablar me veré obligado a expulsarlo».

El mago, Demiurgo de Tercer Nivel por méritos propios, sabía que se le acababa el tiempo. Deseaba tanto conseguir aquella preciosa túnica púrpura… Su abuelo y su padre habían pertenecido a la Orden de los Magos Parlanchines y antes que ellos su bisabuelo. Uno de los fundadores ni más ni menos. Sin embargo, él estaba a punto de romper la cadena y todo por aquel detalle sin importancia. ¿A quién le importaba que no supiera hablar? Con aquella preciosa túnica podría pasear por los pasillos de la Abadía de los Magos y pavonearse… sin palabras.

Le quedaba un último recurso. Era desesperado, es cierto, pero si lo hacía en el más absoluto secreto aquella invocación podría salvarle de la vergüenza absoluta.

Se encerró en el más lóbrego de los sótanos, aquel donde ni siquiera el Maestre de los Sicarios se atrevía a entrar. Cerró con mucho cuidado los siete cerrojos de las siete puertas y encendió siete candelabros de siete brazos. Dibujó con piel de serpiente y sangre de cordero una estrella de siete puntas. A continuación, desplegó sobre el atril de plata lunar, regalo de los Primeros Padres a la Universidad, y abrió aquel libro antiguo del que aseguraban que guardaba en su interior la sabiduría ancestral. El principio de todo conocimiento, lo que da forma a la realidad y puede retorcerla hasta cambiar su esencia: la palabra.

Con la capucha bajada sobre el rostro ceñudo por la concentración, a la cimbreante luz de las velas, dio comienzo al ritual:

«La eme con la a, ma. La eme con la e, me…».
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