Sé que no me miras a los ojos


No les importó el estrépito que armaban ni que aquel cuarto de baño no fuera de los más limpios. Se necesitaban pese a que se acababan de conocer. Ella lo había visto cuando, con un bufido, se giró para contemplar el río de gente que se impacientaba tanto por delante como por detrás. Él le miraba el trasero y no apartó la vista cuando ella se lo reprochó con un gruñido. El enfado, dos horas después, se tornó simpatía mientras el calor les subía por la entrepierna. Ignoraron lo que les rodeaba y acabaron gimiendo en el aseo.

Cuando retornaron a la fila del paro, tuvieron que empezarla desde cero, pero daba igual. Ya eran dos contra el mundo.

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La balada de Brazodemar en Madrid

Me tocaba publicar un relato o un microcuento, pero he estado por Madrid para presentar mi novela La balada de Brazodemar. Me apetecía un montón compartir con vosotros esos momentos mágicos con amigos y lectores. En una sala Espacio B repleta (¡nos quedamos sin asientos!), charlé con Joseba Paulorena, escritor y editor en Ediciones Cívicas, sobre la creación de la historia y los entresijos (sin spoilers :)) de la trama. A continuación, poetas y escritores maravillosos nos ofrecieron un recital de tema marítimo y nos tomamos un vinito.

Aprovecho para dar las gracias de todo corazón a Joseba, responsable de Espacio B, a Isa y J. Paulorena de Ediciones Cívicas por confiar en Brazodemar, a Lydia Cotallo por organizar un evento increíble contra viento y marea. También a Lola Luengo que se dio el trabajo de grabarlo en el móvil a pulso y a Manuel Esbert por enviarlos. Y a todos los amigos (antiguos y nuevos) que me acompañaron esa tarde.

Presentación Parte 1:



Parte 2:


Parte 3:


Parte 4:

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