En la pista central del circo, Augusto y Tontaina llevaban diez minutos de bofetadas para regocijo del público. Mayores y niños se palmeaban los muslos y dejaban caer ríos de palomitas grasientas. El maquillaje de Tontaina era un borrón de blancos y rojos, con churretes de rímel de puta barata. Fuera de sí, incapaz de soportar tanta humillación, lanzó un gancho de izquierda que tiró a su compañero sobre la lona. No hubo tiempo para más, el payaso derribado extrajo una pistola de esas de un solo tiro de su chaqueta de lentejuelas y a Tontaina se le desparramaron los sesos en vivo y en directo.
Sin demora, por encima del estruendo de la ovación, el director sacó el móvil para pedir una pareja nueva de payasos a la empresa de trabajo temporal.
Imagen: Ji Lee
¡Qué bueno, paisa!
ResponderEliminarGracias, Vicky!! ;)
EliminarEs bueno volver a verte por las ramas.
Un beso.
¡Qué fuerte! Un IT circense.
ResponderEliminarUn IT que siempre nos pide más, pero estaba en la audiencia :)
EliminarLiteralmente te deja KO. Besos y abrazos.
ResponderEliminarOh, mi querida Rosa, espero que te hayas recuperado del KO. Hay que azotar las conciencias para mejorar la sociedad, pero sin ánimo de daño.
EliminarUn besazo.
Directo al centro de la realidad. Enhorabuena.
ResponderEliminarQuè fuerte y què real, creo que así están actuando ahora muchas instituciones no solo recreativas.
ResponderEliminar¡Un abrazo!