Me gustan los trazos de saliva al dibujar corazones sobre
tus pechos, los diseños tribales que mis dedos imaginan sobre tu espalda con
los masajes. Eres mi obra de arte más perfecta y, sin embargo, ahora pides
rudeza y aventuras peligrosas. Sigues viniendo a mi estudio sin buscar al
amante creativo. Ahora soy solo el tatuador.
Cuánta historia detrás de cada tatuaje... Yo quiero un infinito en el pecho izquierdo. ¿Sería capaz el tatuador de tu estupendo micro? ;-)
ResponderEliminarSin duda alguna, querida. Este tatuador lleva el infinito en los ojos del corazón. Solo has de decir qué tinta deseas...
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