Hospital de Gorliz - turismovasco.com |
Miran al mar desde la terraza del sanatorio de Gorliz. Bernar estira la manta de su amigo y vuelve a protestar:
—Medio siglo es demasiado corto. Qué injusta la enfermedad cuando queda tanto por hacer…
—No creas, mi buen Bernar. —Aspira la brisa salada en un suspiro—. Me he casado dos veces, he tenido hijo y he publicado cinco libros. Tengo el respeto de mis colegas, he viajado por toda Europa y hasta tuve una amante francesa.
Bernar enarca las cejas y acaba por sonreír. Su amigo nunca le ha mentido.
—No, querido amigo. Me muero, sí; pero no doy la vida por perdida.
Hermosa vida, cuando se la ha disfrutado. Triste, para quien teniendo todas las posibilidades, incluso la salud, nunca ha sabido disfrutarla.
ResponderEliminarUn abrazo.
No nos queda sino apurarla hasta el último instante. Un beso, querida Rosa.
EliminarLa próxima vez que vaya a la playa de Gorliz miraré hacia atrás a ver si les veo mirando hacia el mar.....
ResponderEliminarAhora lo estarán para siempre. Bienvenido a estas ramas que ya son tuyas, querido Sergio. Un abrazo.
EliminarHermoso relato y hermosa reflexión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Josep, creo que fue eso mismo, un instante de reflexión. Te echamos de menos por Netwriters, a ver si te animas. Un abrazo.
EliminarMe he tomado un descanso para tomar aire puro, pues los últimos aires de controversia y disputa en Gigantes y El Tintero no me han agradado nada. Siendo como soy, no quedaría ileso tras una crítica mordaz como las que he visto recientemente. En este aspecto, soy un cobarde, no soporto las críticas destructivas.
EliminarOtro abrazo.
Lamento escuchar eso, querido Josep. Espero que cambie y, en cualquier caso, no dejes de escribir, que lo haces más que bien. Un abrazo.
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