El niño contempla con embeleso el aleteo silencioso de la
delicada mariposa biomecánica. Su padre suspira al pensar que ha merecido la
pena gastar una pequeña fortuna por ver esa sonrisa.
Mañana hará frente al desempleo al que lo ha condenado el
nuevo androide recepcionista.
Fotografía: lightwise
La vida está llena de paradojas que sólo advertimos cuando nos hacemos mayores, mientras, vivimos de instante en instante, como las sonrisas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Más que eso, vivimos al día y por contentos nos damos. Debemos volver a la mirada del niño, la que nos permite percibir la realidad como es y no como queremos que sea.
EliminarVivimos en un tiempo dominado por la tecnología; sin embargo, cuánto cuesta dar un abrazo.
ResponderEliminarEse abrazo.
Mientras no tengamos que acabar pagando por ellos...
EliminarYo te lo doy gratis :)