El viento arrastraba los restos del compuesto Y-629. En
su celda de la prisión de máxima seguridad de Copenhague, el profesor Franz,
aferrado a los barrotes, mantenía a gritos su versión, lo había hecho para
salvar al mundo de los invasores infiltrados de otro planeta. Reducidos al
cinco por ciento de su anterior demografía, los supervivientes dudaban aún si
repoblarlo o llamarlo de nuevo Edén.
Lo que trae consigo haber leído los TBO, aunque tuvieses que leerlo escondido entre la Enciclopedia Álvarez, tan estupenda, que resumía todo el saber. ¡Ja,ja,já!
ResponderEliminarTe las sabías todas, Rosa :) Un beso.
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