El local estaba hasta arriba de gente. Las parejas tenían
que alzar la voz para entenderse en una espiral ascendente de decibelios. Rober
la miró con seriedad:
―Si te soy sincero, no pensaba que
volvería a verte.
―No sé por qué lo dices. ¿Acaso te
traté con desconsideración? ―preguntó Susana.
―En absoluto, pero en todo momento
me pareció percibir que no conseguía conectar contigo.
―El amor es azaroso en extremo,
Rober. No deberías esforzarte tanto y menos en una segunda cita.
―¿Esforzarme en comprenderlo?
―No, en agradar.
En realidad, lo que Susana no decía
era que le había resultado un poco pelma y que acertaba al pensar que no tuvo
intención de volverlo a llamar. Hasta que había surgido aquella ocasión. Y por
eso estaban allí, aunque él aún no lo sabía.
―He de reconocer también que me ha
sorprendido la elección del local ―prosiguió él, en un intento de congraciarse
a la vez que desviaba el tema de una cuestión espinosa.
―Este… local, tiene una historia
llamativa.
―Comenzando por el nombre, por
supuesto ―comentó Rober, en una clara referencia a la ortografía del rótulo.
Susana asintió. La flor del azar
partía, en efecto, de una intención errónea. Herminia, la propietaria, había
querido homenajear su origen levantino, pero sus escasos conocimientos del
castellano correcto le habían jugado una mala pasada. Cuando encargó el rótulo,
olvidó la hache y hasta se permitió ignorar la pregunta bienintencionada del
rotulista. De ese modo, había quedado sellado su destino hostelero. Cuando se
lo explicó a Rober, éste se limitó a sonreír con suficiencia.
―De ahí su éxito.
―Su creciente aceptación como lugar
de ambiente nació más bien de la capacidad de su dueña de adaptarse, de
reconocer un error y seguir adelante como si tal cosa. Cuando se dio cuenta de
la equivocación, no rectificó. Hizo del azar su aliado y seña de identidad.
Rober frunció el ceño, confundido.
―Herminia comenzó entonces a servir
las tapas aleatorias. Te deja elegir de la carta lo que quieras acompañar a tu
bebida, pero luego levanta una tapa al azar y es lo que te comes. Puede parecer
insolente pero a la clientela, en lugar de enfurecerle, le hizo gracia y corrió
de boca en boca. Desde aquel momento, no ha dejado de innovar en su dependencia
del albur. Cuando empezó a servir menús del día, nunca sabías qué ibas a comer.
Después pasó a las bebidas. Los parroquianos, cada vez más habituales,
comentaban que descubrían cócteles a los que jamás hubieran concedido una
primera oportunidad.
―Caray, el público es veleidoso
―dijo Rober, sorprendido de veras aunque preocupado por su intolerancia a la
lactosa y a las gramíneas.
―No te preocupes, siempre podrás
cambiar el plato con alguien de la mesa.
―En realidad es una mesa para dos,
Susana, pero me alegra que estés tan bien dispuesta ―añadió, en otro vano
intento de agradar.
―Ahí es donde radica, precisamente,
la última novedad de La flor del azar. A partir de esta noche, las parejas de
las mesas también se distribuirán de forma fortuita, según un sorteo que solo
Herminia conoce hasta ahora. En un momento anunciarán la rotación. Como ves, no
cabe un alfiler. La idea ha sido todo un éxito. Rober, de verdad, deseo que
tengas mucha suerte esta noche.
Foto: La Nueva Crónica
La confusión entre "azahar" y "azar" del rótulo que da nombre al bar me viene al pelo para unas palabras que dijo Leonor Watling en una reciente entrevista: "Todas las inspiraciones vienen de equivocaciones". Estupendo relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aunque un tanto ripiosas, me quedo con la frase. Yo es que me equivoco mucho y a menudo. Un abrazo, querido lobo.
EliminarTodavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, me llamo Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otro seguí buscando un curar incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. No podía creerlo al principio, pero también mi conmoción después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro. experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor medio ambiente, póngase en contacto con el Dr. Ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com, también puede llamar o WhatsApp +2348052394128
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