Empieza el solsticio de verano, qué hermosas están las ramas de nuestro árbol
mientras los rayos del sol se filtran entre las hojas. Os dejo este relato del Tintero Virtual de Netwriters. Disfrutadlo.
Fuego en las entrañas
No podía apartar
la mirada de los ojos de su madre, tenían una cualidad hipnótica, una tonalidad
de verde frondoso que, según ella le había dicho más de una vez, era
excepcional entre los suyos.
—Madre,
¿cómo murió padre? —le preguntó no por primera vez en su vida. Lo había
intentado antes, sin éxito. Aquel día, en cambio, ella suspiró y le dio
contestación:
—Fue
un día como el de hoy. Salió de caza y se encontró con una partida de
caballeros del Conde. Luchó con bravura —hizo una pausa durante la cual cerró
sus ojos de esmeralda—, se llevó a muchos por delante y murió como un valiente.
Hoy solo estamos tú y yo.
Se
estableció el silencio entre ambos. De algún modo, intuía que el hecho de que
se lo contara suponía algún tipo de cambio. Había dejado de ser un crío y
tendría que empezar a afrontar la vida como adulto.
—¿Te
vas, madre? —preguntó cuando la vio salir de la cueva que les servía más de
refugio que de hogar.
—Estarás
hambriento, mi pequeño…
—¡Ya
no soy pequeño! —protestó el joven—. Puedo salir a cazar.
—Deja
que cace para ti una última vez, te lo ruego. —Seguía teniendo ese tono
maternal, capaz de calmar todas las sombras y pesares.
***
Las
horas de la noche dieron paso al clareo del amanecer y la madre no había
regresado. Empezaba a inquietarse de veras, aunque un adulto jamás hiciera tal
cosa. Se le hizo un nudo en las entrañas, un calor que elevaba la temperatura
de su cuerpo, que agolpaba imágenes de días de gloria en los relatos que le
contaba antes de enviarlo a dormir. Si él pudiera hacer que retornaran esos
tiempos… Las convulsiones hinchaban su vientre y lo contraían con violencia.
—Madre…
—Nadie le había preparado para esto, la necesitaba más que nunca. Se sintió
solo hasta la nausea
***
Pasos
apresurados en la entrada de la caverna, un griterío a las afueras. Algo malo
estaba sucediendo, algo terrible.
Madre
se asomó por fin en el reducto, pero tenía la mirada opaca y tenía sangre tanto
en la boca como en el cuello.
—Huye,
mi pequeño, vienen a la última cacería, armaduras y lanzas de punta mortal.
¡Huye, hijo mío!
—Madre,
¿qué te han hecho? —le preguntó lleno de angustia.
—Yo
los entretendré. Recuerda la salida del arroyo que canta. No creo que la
conozcan, pero es demasiado angosta para mi cuerpo. Tienes una oportunidad de
escapar.
El
dolor en las entrañas era puro ardor, le hacía doblarse, una quemazón que
amenazaba con romper piel y hueso y arrojarse al exterior como metal fundido.
—Madre,
mis tripas… es fuego…
El
rostro maternal resplandeció una vez más, era puro orgullo.
—Es
la hora, hijo mío. Razón de más para que huyas, eres el último de una estirpe
milenaria, Márchate, amor mío.
Se
rompió por dentro. Era un volcán a punto de erupción y, a la vez, era furia,
odio ardiente y desesperación. El ansia de venganza por su pueblo perdido, el
vacío de su porvenir, la soledad a la que se veía abocado.
—No,
madre. Lucharé y moriré como padre. Derramaré mi fuego sobre los humanos,
porque soy el último de los dragones.
Nunca pensé que de un tema con el de los volcanes, pudiera salir un relato como este, Pedro. ¿Tal vez sea porque en tu interior albergas la última llama de este dragón?
ResponderEliminarAdemás de bien escrito, has sabido conjugar misterio y engaño para llevarnos hasta ese final inesperado. No es de extrañar que hubiera logrado la medalla de plata. Felicidades.
Besos y muchos abrazos.
Gracias (con retraso) por la visita y los comentarios. Siempre he sentido debilidad por estas criaturas mitológicas, por lo general tratadas como malvadas. Yo las prefiero más... "humanas". Si Smaug levantara la cabeza :)
EliminarUn beso.
muy bueno desaparecido!!! me gustó,me imaginé siempre un felino, me sorprendiste con el dragón.
ResponderEliminarCariños
He estado escondido en mi cueva... je, je. No, es broma. Necesitaba un periodo de vacaciones estivales, aunque haya sido tan breve. Me alegra saber que te gustara.
EliminarUn beso.
No sé si ha quedado registrado mi primer comentario. Decía que me ha gustado mucho el cierre inesperado y te felicitaba por ello y por la merecida plata. Besos.
ResponderEliminarPues no, no había quedado registrado, pero me hace feliz que persistieras. Gracias por dar vida a estas ramas. Un beso.
Eliminar