Ha sido un desastre. Ese maldito
Wellington me la ha vuelto a jugar. No cometeré el error de culpar a mis
mariscales de campo, Waterloo es mi responsabilidad y lo estoy pagando. Soy
demasiado peligroso, un Emperador sin imperio exiliado en esta diminuta isla de
Santa Elena.
Llaman a la puerta y me levanto
erguido aunque el dolor del costado hace que me lleve la mano a la pechera. Me
encaro al hombretón de la espantosa camisola verde —debería exigir librea en el
servicio— para escuchar, como todos los días:
—Su medicación, señor López.
Pedro, primero, darte la enhorabuena por este micro. No es de extrañar que fuera ganador de Gigantes. Comienzas a desenvolverte de maravilla en cualquier distancia.
ResponderEliminarY ahora, darte la bienvenida a EnR. Me alegro mucho de compartir este proyecto que va más allá de las siglas de una asociación. Es un lugar donde, además de disfrutar de buena Literatura —ya verás cómo escriben los compañeros— encontrarás gente generosa y buenos amigos.
Contigo, no solo somos más, sino mejores.
Besos y abrazos.
Muchas gracias. Estoy deseando participar y aportar mi granito de arena.
EliminarBesos y abrazos!
Sus granitos de arena, D. Pedro, son piedras literarias de lujo. Pequeñas joyas de brillo sólido que demuestran un increíble talento. Bienvenido - ya apeo el tratamiento - a Escritores en Red. Como lo fuiste antes en Netwriters. Ese puente no colgante que tenemos en Bilbao con Atxia y contigo nos va a permitir no perder el norte y alumbrar hacia las tierras altas de Europa. Allí se dirimirán batallas a través de la letra escrita y con guerreros como tú ganaremos muchas. El relato de entrada ya sabes que es uno de mis preferidos. Cuando un escritor, además, es un tipo que merece la pena, los compañeros estamos felices de estar a su lado. Un abrazo.
EliminarSi es para combatir, pluma en mano, en favor de la lengua, la cultura y la sociedad, será un honor hacerlo a tu lado, querido amigo.
EliminarUn abrazo